La condición actual de la pandemia por la COVID-19 recuerda a otros momentos de nuestra historia donde nos vimos envueltos en eventos de crisis como la pandemia del H1N1 del 2009,o los sismos de 1985 y 2017. En cada una de estas situaciones se habló de algo llamado Estrés Postraumático como una consecuencia psicológica que tendría cada una de las personas que vivieron ese evento, sin embargo esto no siempre es así.
De acuerdo con el Manual Estadístico de los Trastornos Psiquiátricos en su 5aedición (American PsychiatricAssociation, 2013), el Trastorno por Estrés Postraumático puede llegar a desarrollarse tiempo después de haber estado involucrado de manera directa o indirecta en un evento que amenaza la vida, que implica lesiones graves o violencia.
Estas situaciones tristemente son muy comunes y la mitad de la población ha estado expuesta a alguna de ellas al menos una vez en la vida. Sin embargo, según la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica(Medina-Mora et al., 2005), en México sólo el 1.4% de las personas presentan síntomas de estrés postraumático, lo 11que quiere decir que, a pesar de estar expuestos a estas situaciones, no todos desarrollaran estrés postraumático.
Aclarado este punto, es importante entonces conocer qué es y qué no es el estrés postraumático, ya que la pandemia actual representa una situación que amenaza la vida y si bien no todos desarrollarán síntomas de estrés postraumático, se ha visto que entre el 5 y el 64% de las personas que han sido internadas en una Unidad de Cuidados Intensivos llega a presentar algún síntoma (Griffings et al., 2007).
¿Qué no es estrés postraumático?
Ante situaciones traumáticas o que ponen en riego nuestra vida, es normal experimentar reacciones de estréscomo aumento del ritmo cardiaco, dolor muscular o de cabeza, malestar estomacal, cambios en sueño o la alimentación, dificultad para concentrarse, reacción de sobresalto exacerbada, problemas para tomar decisiones, sentimientos de ansiedad, temor o irritabilidad.
Esta reacción es normal, ya que el estrés es una respuesta de adaptación ante las amenazas y los cambios en la vida. Lo importante es monitorear la intensidad y la duración de esta reacción, ya que en la mayoría de los casos tienden a bajar conforme pasa el tiempo.
Cuando los síntomas son intensospodríaestar experimentandoestrés agudo, el cual puede desarrollarse entre los tresdías y un mes después del eventoy se caracteriza por recuerdos o pensamientos constantes sobre la situación, estado de ánimo apagado, sensación como si lo que se viviera no fuera real,dificultad para dormir, estar irritable la mayor parte del tiempo, hipervigilante, problemas para concentrarse y sobresaltos.
Como se comentó antes, estos síntomas pueden extenderse al primer mes después de la situación traumática y será importante monitorear que no sigan intensificándose o perduren en el tiempo, ya que puede derivar en estrés postraumático. Sin embargo, en la mayoría de los casos estos síntomas irán disminuyendo.
¿Qué sí es estrés postraumático?
El estrés postraumático se caracteriza por sensaciones de angustia y preocupación intensa ante el recuerdo o situaciones similares a las del evento traumático que duran más de un mesy que pueden seguirsiendo intensas por meses e incluso años. Cuando estos síntomas duran más de tres meses, se puede decir que los síntomas son crónicos.
Para ser diagnosticado como un trastorno, la persona debe presentar los siguientes síntomas en la evaluación realizada por un profesional de la salud mental:
1) Síntomas de reviviscencia: Tener pensamientos aterradores, recuerdos, pesadillas o “flasbacks” vividos de manera intrusiva y experimentarse como altamente angustiantes. Suele ser común que estos síntomas sean desencadenados por palabras, objetos, personas o situaciones que hacen recordar el evento traumático;
2) Síntomas de evasión: Alejarse activamente de lo que sea que le recuerde al evento traumático (objetos, personas, lugares, situaciones, o los propios pensamientos), lo que puede afectar la rutina normal de la persona;
3) Síntomas de hipervigilancia y reactividad: sobresaltos con facilidad, estado permanente de tensión, dificultad para dormir o irritabilidad;
4) Síntomas cognitivos y del estado de ánimo: Suele presentarse como dificultad para recordar parte del evento traumático, la presencia de pensamientos negativos sobre sí mismo o sobre el mundo, sensación de culpa o remordimiento, pérdida de interés en las actividades placenteras o dificultad para experimentar placer.
Es importante notar que si se presenta alguno de estos síntomas y afecta diferentes áreas de su vida, es necesario que se busqueatención especializada en salud mental, para poder recibir un diagnóstico y el tratamiento más adecuado.
2) Síntomas de evasión: Alejarse activamente de lo que sea que le recuerde al evento traumático (objetos, personas, lugares, situaciones, o los propios pensamientos), lo que puede afectar la rutina normal de la persona;
3) Síntomas de hipervigilancia y reactividad: sobresaltos con facilidad, estado permanente de tensión, dificultad para dormir o irritabilidad;
4) Síntomas cognitivos y del estado de ánimo: Suele presentarse como dificultad para recordar parte del evento traumático, la presencia de pensamientos negativos sobre sí mismo o sobre el mundo, sensación de culpa o remordimiento, pérdida de interés en las actividades placenteras o dificultad para experimentar placer.