Continuando con la información dada en la primera parte, a modo de resumen recordemos que el repertorio de emociones que podemos sentir los humanos de manera innata haciende hasta 10 o 12 emociones. En la primera parte describimos la emoción del miedo, enojo, rechazo, tristeza y vergüenza. En esta ocasión te describiré cinco emociones más: la culpa, los celos, la envidia, el amor y la felicidad.
6. Culpa
También llamada arrepentimiento, lamentarse o remordimiento, la culpa nos indica que nos hemos alejado de lo que es valioso para nosotros mismos.Funciona como una alarma o como un jalo de orejas que nos avisa de estar haciendo algo en contra de nuestros valores e ideales.
Podemos sentir culpa, por ejemplo, cuando hacemos o pensamos algo que creemos que está mal y que viola nuestros valores personales, cuando no hacemos algo que dijimos que íbamos a hacer, cuando hacemos o decimos algo que lastima a otro, etc. Si lo que hago me aleja de la persona que quiero ser, seguro me va a generar culpa.
La función de la culpa es motivarnos a reparar el daño, y si no se puede reparar, a compensar o procurar no volverlo a hacer en el futuro. Su utilidad y buen manejo entonces consistirá en realizar acciones que me permitan reparar el daño como disculparme, reparar o reponer lo que rompí o comprometerme o no volverlo a hacer.
7. Celos
Sentimos celos cuando percibimos que otros amenazan con quitarnos las relaciones o cosas que nos son importantes. Esto incluye cuando algo amenaza mis relaciones a que terminen, o tan solo con enterarme que alguien esta la persona o cosa que valoro.
Algunos ejemplos de situaciones típicas donde sentimos celos de manera natural serían la siguientes:
• Cuando mi pareja sale con alguien del sexo que le interesa, o me ignora porque le está prestando atención a otra persona o hace cosas que generalmente hace contigo.
• Cuando aparece un “competidor” que le interesa quien tu amas, o que sea más “algo” que tu (ej. más atractivo, más seguro, más sociable) y coquetea con tu persona amada.
• Cuando percibe o crees que no eres tratado como prioridad.
Los celos nos hacen tener ganas de estar en control, de aferrarme a eso que creo mío y alejar o eliminar al rival. Y esto es porque los celos nos motivan a tratar de proteger eso que creo mío o que quiero/amo/me interesa para mí.
Por celos podemos hacer muchas cosas, podemos actuar violentamente, intentar controlar al otro prohibiéndole cosas o condicionándolo. También me puedo volver más “pegajoso”, querer estar más cerca para cuidar o cualquier acción que implique más conexión y que reafirme que “es mío” con el objetivo de protegerlo y que no me lo quiten.
Sentir celos es natural, sin embargo, la forma en la que los manifestemos será la que nos pueda ser útil o generarnos conflictos. Una manera útil de manejarlos es expresar de manera asertiva lo que sentimos y llegar a acuerdos con la pareja para evitar malos entendidos y conductas que sean contraproducentes para la relación como las mencionadas en el inicio del párrafo anterior.
8. Envidia
La envidia ocurre cuando otros obtienen o tienen cosas que no tenemos pero que queremos o necesitamos (o creemos que necesitamos). Algunas situaciones que detonan de manera natural la emoción de la envidia serían las siguientes:
• Cuando alguien es felicitado y tu no.
• No pertenecer al grupo de personas que quieres.
• Estar entre personas que tienen más que tú o alguien con quien compites tiene más éxito que tú (en las cosas que te importan) o directamente si piensas que eres “peor” que ese rival.
• Cuando te comparas con otros que tienen más que tú o lo que tú no tienes y quieres.
Esta emoción es parecida a los celos, pero se diferencian en que en los celos tu ya tienes eso atesorado (o crees que lo tienes) y temes perderlo. Con la envidia no lo tienes aun, pero lo quieres.
Cuando sentimos envidia podemos notar nuestros músculos tensos, que apretamos los dientes o se nos pone rígida la cara, se nos sube la sangre a la cabeza y se nos calienta y dentro de nosotros nace un odio por nuestro rival y el deseo de que le vaya mal.
Aunque la envidia se sienta así y nos haga pensar esas cosas, su función primaria es motivarnos a trabajar más arduamente para obtener eso que queremos. La envidia es beneficiosa cuando nos anima a mejorarnos a nosotros mismos, por ejemplo, aprender algo, mejorar nuestro físico, plantearnos metas más grandes e importantes, etc. No nos beneficia tanto cuando nos concentramos en arruinar a nuestro rival, por ejemplo, hablar mal de la persona, buscar venganza o estar a mano, etc.
9. Amor
La emoción del amor incluye la adoración, el afecto, el agrado, el cariño, la amabilidad, el aprecio, la atracción, la compasión, el deseo, el encanto, la pasión, la simpatía, la ternura, la solidaridad, etc.
Sentir amor tiene la función de generar relaciones de unión y apego con otrospara cumplir funciones evolutivas como la reproducción y la supervivencia. Incluso podemos decir que el amor es lo que hace a los humanos una especie gregaria.
Sentimos amor de manera natural en situaciones como las siguientes:
• Cuando una persona te ofrece o te da algo que deseas, necesitas o anhelas.
• Cuando una persona hace las cosas que quieres o necesitas, o cosas que valoras o admiras.
• Cuando estas con alguien con quien te diviertes, pasas mucho tiempo con una persona, compartes experiencias importantes o tienes una comunicación excepcionalmente buena (esto de que nadie me entiende como esa persona).
Cuando sentimos amor nos late más rápido el corazón y tenemos una sensación generalizada de bienestar. Nos sentimos llenos de energía, efusivos, confiados y seguros; y nos dan ganas de acercarnos a la persona amada, tratarlo con bondad, compartir tiempo y se está abierto a hacer cosas para agradar al otro. Como ves, todo orientado a generar ese apego y unión con la persona amada.
10. Alegría
La emoción de la alegría incluye cuando decimos que nos sentimos bien, con buen humor, contentos, dichosos, felices, divertidos, entusiastas, eufóricos, extasiados, jubilosos, satisfechos, etc.
La alegría o felicidad nos sirve para procurar nuestro funcionamiento óptimo y de quienes nos importan o del grupo social del que formamos parte. Por ejemplo, sentirnos exitosos o que logramos, conseguir lo que queremos o deseamos, recibir estima, y respeto. Conseguir aquello por lo que nos esforzamos o que las cosas resulten mejor de lo que esperábamos. Pero también tener sanciones agradables, ser aceptados, pertenecer a un grupo y recibir amor, afecto y simpatía.
Sentir alegría o felicidad nos motiva a repetir las acciones o actividades que nos generan ese placer o que lo mejoran, por lo que nos sentiremos inquietos o activos, con motivación y ganas de hacer cosas o estar con las personas. También nos sentiremos más amables, dispuestos y tolerantes.
Para finalizar, aunque el 80% de nuestras emociones podemos describirlas como displacenteras, cada una de esas emociones nos ayudan a cuidar de nosotros y de lo que nos importa. Quizá esa sea la razón por la que la mayoría deben ser incómodas.
Entender la función de cada una y sus manifestaciones es el primer paso para aprender a aceptarlas, reconocerlas y entonces regularlas. Sentir todas estas emociones es natural y útil para mi vida, el secreto esta en cómo las expreso y las gestiono, es decir, la regulación emocional.