Día a día, con los pacientes, he podido observar los diferentes problemas que pueden relacionarse con la presencia de emociones. Uno podría preguntarse porqué si causan tantos problemas, seguimos experimentando algunas emociones en particular; por ejemplo: enojo, tristeza, ansiedad, frustración.
Lo que nadie nos dice, es que las emociones son vitales para los seres humanos. Son una de las razones más importantes por las que nuestra especie ha llegado hasta estos días. Sin embargo, en las últimas décadas (si no es que más), se ha tachado a la parte emocional del ser humano como algo negativo, algo que debemos ocultar y reprimir para poder vivir en sociedad de manera adecuada. Cuando es nuestra parte emocional, un área vital para tomar decisiones y encaminarnos hacia nuestros objetivos.
Puede ser que al leer esto te cueste trabajo ver cómo es que emociones “negativas” tienen algo de bueno para nosotros. Y es que ahí está nuestro primer error, ninguna de nuestras emociones es “positiva” o “negativa”; simplemente se siente de forma placentera o desagradable. Pero son justo esas emociones desagradables las que nos pueden guiar hacia la vida que realmente queremos vivir.
En primer lugar, debemos identificar su presencia en nuestro cuerpo; es decir, identifica en qué parte(s) de tu cuerpo se siente esa emoción. Comúnmente se siente en el estómago, en la garganta, pecho, cabeza, pero cada uno es diferente, así que debes identificar dónde sientes cada emoción. Luego de identificarlo en tu cuerpo, nombra esa emoción, pueden ser los nombres que ya conoces como “tristeza” “enojo” “ansiedad”, o incluso puedes inventarle un nombre para reconocerlo: “la molestia” “incomodidad” “la lata”. Cuando ya conozcas a tu emoción será mucho más fácil entender por qué la estás sintiendo, esto es, podrás entender cuál es su función en tu vida.
Todas nuestras emociones tienen una función en la vida, muchas de ellas implican un “movimiento”, que podemos entender como cambios. Es decir, la mayoría de las emociones desagradables nos señalan cuando algo en nuestra vida no nos gusta, cuando quisiéramos que algo cambiara, o si algo se interpone entre nosotros y nuestras metas. Por lo tanto, es esencial que identifiques en qué momento sientes esa emoción que ya reconoces, y así sabrás cuál es su función, qué es lo que te pide que cambies. Sin embargo, sé lo incómodas que pueden llegar a ser algunas emociones, por lo que te propongo realizar algunas de las siguientes actividades para reducir su incomodidad y así puedas analizarla de una forma más tranquila.
1) Respira de manera profunda: respira por la nariz inflando tu abdomen y luego lentamente saca el aire por la boca;
2) Camina o corre: Si es posible moverte ¡Hazlo!;
3) Dibuja o pinta: Estas actividades requieren tu atención y permiten la reflexión ;
4) Rompe hojas sucias: Te ayudará a liberar tensión ;
5) Golpea una almohada: Esto definitivamente te hará liberar energía y relajarte;
Intenta una o varias de estas estrategias, y empieza a conocer y entender tus emociones, para que vivas la vida que realmente quieres.