Tal vez has notado que tu pequeño se enoja, grita o llora cuando no quiere hacer algo o no obtiene lo que desea. Es normal que los niños se opongan o se nieguen a obedecer las instrucciones de papás u otras figuras de autoridad.
Puede ser que estas conductas hayan provocado en la familia más de una discusión o frustración, es importante aprender a manejar estas conductas e intentar no caer en dos extremos: ser muy permisivos con tal de evitar protestas y berrinches, o ser muy autoritarios, con la esperanza de que más control hará que el niño se calme y obedezca.
Aquí te recomendamos algunas estrategias para manejar este tipo de comportamientos:
1. Da instrucciones claras y breves, acércate a él cuando vayas a dar la instrucción y háblale por su nombre, si no obedece en la tercera instrucción, con cuidado guíalo físicamente hacia la actividad que le pediste.
2. Detecta conductas adecuadas de tu hijo, es común volvernos muy reactivos a los malos comportamientos, parecería que pasamos por alto cuando se porta bien y sólo le damos atención cuando se niega a obedecer o se enoja por algo. Intenta reconocer y felicitar a tu pequeño cuando hace las cosas que le pediste, le permitirá diferenciar entre lo que pasa cuando se porta bien y lo que pasa cuando desobedece.
3. Establece reglas y procura ser constante y razonable con las consecuencias que das, cuando un castigo dura mucho tiempo pierde su efecto. Procura que la consecuencia que das corrija lo que hizo, por ejemplo: si tiró el agua la tiene que limpiar, si pegó debe disculparse, si no terminó su ejercicio de clase lo debe hacer en la casa.
4. Pon el ejemplo, muéstrale como decir las cosas que no le gustan.
5. Las rutinas diarias permiten a tu hijo saber cuáles son las actividades del día, le permite crear hábitos y disminuye el impulso de escaparse o evitar algunas actividades que no le agradan como bañarse, recoger los juguetes o hacer tarea.
Recuerda que las conductas de negarse y oponerse forman parte de su desarrollo, acompáñalo y guíalo hacia las formas de expresarse y controlar su frustración.