Hasta el día de hoy se conoce por medio de varios estudios científicos que presentamos unos 60 millones de pensamientos diarios. Sin embargo, es importante enfatizar que no todo lo que pensamos es real, es decir, algunos pensamientos que generamos no tienen credibilidad y aun así los evaluamos como una verdad.
Los pensamientos surgen en automático, por lo tanto, es difícil poder controlarlos puesto que es una forma de entender, interpretar y evaluar nuestro entorno. Muchas veces generamos evaluaciones con base a nuestra historia de vida, y en ocasiones esas valoraciones suelen tener un tinte negativo que le atribuimos ya que la situación en sí misma no lo es, puesto que se podría interpretar de muchas maneras; por ello es importante aprender a identificar cuáles de esos pensamientos aún sigo repasando y no me están aportando a mi bienestar, así como ¿qué hacer si mis pensamientos me atormentan?.
Para ello empezaré compartiéndote que las distorsiones cognitivas son aquellas maneras erróneas que tenemos de procesar la información sobre una situación específica; una distorsión de pensamiento influye en el estado de ánimo y en la conducta” (Beck, 2009). Todos podemos presentar alguna vez, algún tipo de distorsión cognitiva.
El día de hoy te compartiré algunas de ellas:
1.Pensamiento polarizado:
Consiste en valorar los acontecimientos de forma extrema, sin tener en cuenta los aspectos intermedios;
2.Personalización:
Se refiere cuando las personas se sienten responsables al 100% de acontecimientos en los que apenas han participado o incluso en aquello en los que no han participado en absoluto;
3.Filtraje o abstracción selectiva:
Consiste en centrar la atención en aquello aspectos negativos e ignorar el resto de la información;
4.Visión catastrófica:
Pensar lo peor y extremo de una situación sin fundamentos;
5.Debería o tendría:
Creencias rígidas en inflexibles acerca de cómo deberías ser uno o los demás.
Ya que conoces su descripción de las distorsiones antes mencionadas, me gustaría compartirte una serie de pasos para hacerles frente y que no te tomen por sorpresa nuevamente.
¿Cómo hacer frente a las distorsiones cognitivas?
•Aprender a identificarlas:
El hacer un registro de ellas te permitirá poder identificar cual es el pensamiento que te genera malestar;
•La escribimos y cuestionamos su veracidad:
Al escribirla y platear con que elementos se cuenta para decir que es cierta;
•Poner a prueba:
Te permitirá que cada vez que se presente ese pensamiento podrás debatirla con argumentos y no con suposiciones;
•Cambiar mi diálogo por uno más realista:
El describir la situación de lo que sucede te dará una visión distinta de lo que está pasando.
Si te das cuenta, estos pasos son muy sencillos, pero lo más valioso es que lo pongas a prueba, así que ¡adelante!, recuerda que cada uno tiene experiencias distintas al aplicarlo, si no sale a la primera vuélvelo a intentar. Steven Hayes, dice: aprendemos por ensayo y error para que sea significativo.