Imagina este ejemplo: un niño/a llega a su casa y le comenta a sus papás: “Me castigaron hoy en la escuela”. Una reacción frecuente en los padres suele ser: “¡¿Y ahora qué hiciste?! Con tono de regaño también a veces dicen: “seguro te lo merecías”, “a ver si así aprendes”. Estas respuestas las damos desde nuestro lado racional que piensa en el problema y las soluciones, en muchas ocasiones este lado racional es muy efectivo pero a veces puede hacer que tus hijos reaccionen a la defensiva, molestos o que tengan la percepción de que no los entiendes y estás en su contra.
Hoy te propongo que utilices la escucha activa para mejorar la comunicación con tus hijos, es una forma de escuchar en donde antes de opinar, regañar o dar sermones tratas de entender lo que tu hijo te está intentando decir y lo que siente e intentas ponerte en su lugar. En el ejemplo anterior una respuesta más adecuada sería: “Me imagino que te sientes mal, a nadie le gusta que lo castiguen ¿quieres contarme qué pasó?”.
La escucha activa tiene un principio básico: la aceptación, aceptamos que como yo, ellos también tienen errores, intereses propios y formas de pensar que pueden ser diferentes a las mías, esto no significa que aceptas todas sus acciones y decisiones ciegamente, solo le dejas claro que lo que puede estar mal son sus conductas y no su persona.
Cuando escuchamos de esta manera intentamos no juzgarlo, no amenazar, reprochar, no culparlo e intentar no hacer bromas sobre lo que le pasó.
En la escucha activa mantenemos la calma, hacemos preguntas sobre lo que pasó, le demuestro que me interesa saber su punto de vista.
Es muy lógico que como mamás o papas nos enojemos cuando nuestros hijos hicieron algo mal, pero a veces por el enojo dañamos la relación que tenemos con ellos. Va a haber tiempo para corregirlos, decirles cuál va a ser la consecuencia de lo que hizo, va a haber tiempo para solucionar los problemas y claro también tomaremos un momento para decir cómo nos sentimos. La recomendación es que antes de hacer todo esto hagas una pausa para saber qué es lo que tu hijo tiene que decirte.