En el texto que lleva por título “Entendiendo el conflicto en pareja”, mencioné que un conflicto de pareja también llamado crisis de pareja es una situación difícil que surge cuando un integrante está en desacuerdo en la forma de ver, pensar, sentir y actuar en relación a los valores del otro. Estas situaciones por lo general tienen un importante alcance en varias áreas de la relación y la ponen a prueba.
Por lo tanto, hoy quiero compartirles algunas herramientas que les serán útiles a todas aquellas parejas que desean seguir aprendiendo de su relación y habilitar un manejo distinto de sus conflictos para permitirse tener y llevar una convivencia flexible y de crecimiento, ya que actualmente atravesamos por una situación de confinamiento por el COVID19, que impacta tanto en nuestros procesos personales como interpersonales.
A manera de introducción, el autocuidado personal es una herramienta básica que toda persona necesita observar en este proceso de cuarentena, por lo tanto, la invitación es primero monitorearse y escanearse de manera individual.
Es decir, a) conózcanse, toma conciencia de aquellas cualidades y de áreas de oportunidad que te conforman como una persona distinta al otro, ya que has tenido una historia de vida distinta a la de los demás, recuerda que cada persona es distinta, única e irrepetible. Tomando en cuenta esto, podremos generar b) aceptación incondicional de nosotros mismos, gustos, necesidades, deseos, metas, etc.; así se podrá tener mayor claridad de quien soy y si noto que hay alguna característica que no me agrada, tener la capacidad de reconocer que no la puedo cambiar pero que si la puedo encaminar y gestionar de una forma diferente, y a su vez esto nos llevará a c) responsabilizarse de todo aquello en lo que puedo tener injerencia personal para cambiarlo de tal forma que cuide de mí, pero sin dañar al otro.
Después de manera conjunta se requiere cuidar algunos pilares para mantener y volver sólida la relación.
1) La confianza: generarla permite se afiance el vínculo entre la pareja;
2) El erotismo: que fluya el deseo por el otro;
3) La amistad: ser cómplices, tener humor en común, ganas de convivir y proteger al otro;
4) El afán de cuidado: es decir, que tu dolor me duela, aprender a ser empático para con el dolor del otro.
Cabe mencionar que, es importante notar todas aquellas expectativas que tengo para con mi pareja, ya que muchas veces se le exige al otro hacer cambios cuando no se está siendo realista con las solicitudes que se piden; y es aquí donde existe un proceso que se llama negociación, que se trata de conciliar las necesidades de la pareja, tomando en cuenta las condiciones de forma objetiva, es decir, hacer hincapié en cambios observables, los cuales se pueden traducir en descripciones de conductas.
Al pedirle a la pareja que sea más atenta, solicitando que sea específico y descriptivo, por ejemplo: cada vez que llego a casa, me gustaría que me apoyarás con mi bolsa al entrar a casa, verbalización distinta a la que puede generar conflicto, ejemplo: “tú nunca me ayudas”, comentario que llega tener limitada descripción y pocos detalles. Por consiguiente, la comunicación efectiva también es una herramienta básica en la convivencia con el otro.
Finalmente, recordar que la dinámica en pareja llega a generar varios cambios tanto individuales como en conjunto y que en ocasiones serán difíciles de sobrellevar, más aún en estos tiempos donde el volverse a adaptar a condiciones distintas a las que se tenían, es un proceso complicado, sin embargo, descubrir las ventajas que puede traer consigo el que el otro sea como es, es una oportunidad para permitirte mirar desde otra perspectiva.
2) El erotismo: que fluya el deseo por el otro;
3) La amistad: ser cómplices, tener humor en común, ganas de convivir y proteger al otro;
4) El afán de cuidado: es decir, que tu dolor me duela, aprender a ser empático para con el dolor del otro.